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Abscesos en gatos.


Los abscesos se forman cuando una herida se infecta y cicatriza en la superficie, dejando a la infección secuestrada. Esto ocurre de forma muy frecuente en casos de mordedura de gatos en los que los orificios de entrada son muy pequeños. En el periodo de incubación de la infección el gato suele tener fiebre. El tejido afectado se liquidifica, convirtiéndose en pus. Al cabo de un tiempo (normalmente días), un orificio se abre en la piel y el contenido del absceso drena al exterior, lo que ocasiona, dolor y la presencia de descarga maloliente. Los abscesos pueden llegar a cicatrizar por si solos, pero en muchos de estos casos, tratamiento veterinario es necesario para evitar complicaciones.

¿Qué signos se pueden detectar en casa?

Un bulto lleno de líquido. Si el absceso todavía no se ha roto, el gato tendrá fiebre, lo que significa que estará un poco decaído y tendrá poco apetito. Dependiendo de cuánto tiempo ha estado presente el absceso, la piel del absceso y de los alrededores puede estar debilitada. Si se mira de cerca, se puede ver una costra en la zona en la que el diente incidió en la piel del gato.

Una herida que descarga líquido maloliente. El absceso terminará por perforarse y drenará líquido maloliente. La fiebre se resuelve muchas veces cuando el absceso se perfora y comienza a drenar pus. En ocasiones es difícil ver el absceso, pero la descarga maloliente suele ser más fácil de detectar.

Una herida que no cicatriza. Algunos gatos se lamerán el absceso y la zona de alrededor, lo que ayudará al dueño a descubrir la herida. En este momento, puede que la herida ya no descargue más pus y puede estar enrojecida. En ocasiones la piel de alrededor de la herida estará desvitalizada y puede desprenderse fácilmente.

Una zona dolorosa. En ocasiones la herida o el absceso se encuentran escondidos detrás del pelo del gato y no es posible verla a simple vista, lo único que puede notarse es que existe un área dolorosa y en ocasiones el olor típico de una infección profunda. Las áreas donde más a menudo se encuentran los abscesos por mordedura incluyen la cara, las patas y la base de la cola. Estas son las zonas en las que los gatos tienden a morderse unos a otros cuando se pelean.

Tratamiento

Si el absceso no está abierto, el veterinario necesitará abrirlo. Una vez hecho esto, el absceso deberá ser drenado y limpiado de todo el material infectado. En aquellos abscesos que son grandes o muy dolorosos, el gato necesitará sedación y/o anestesia para este procedimiento.

En algunos casos en los que el absceso tiene mucho tiempo la piel que lo cubre está desvitalizada, el absceso necesitará desbridación quirúrgica y puntos de sutura. En ocasiones, los abscesos son tan grandes que requieren la colocación de un drenaje para ayudar a remover el pus. En ocasiones es necesario que usted limpie el drenaje e instile antisépticos en casa.

Todo los gatos absolutamente necesitan tomar antibióticos. Usted deberá administrar los antibióticos en forma de pastilla o de jarabe (si tiene usted preferencia respecto a jarabe o pastillas, hágaselo saber a su veterinario).

Una vez que el gato se va a casa, se pueden colocar compresas calientes en la zona afectada. El calor ayuda a liquidificar el tejido infectado, facilitando la eliminación de la infección. Se recomienda utilizar compresas templadas (no calientes) en la herida durante 5-10 minutos una o dos veces al día.

Otros factores importantes

Los virus de la leucemia felina (FELV) y la inmunodeficiencia felina (FIV) presentan alto riesgo de contagio a través de mordeduras. La Asociación Americana de Veterinarios de Felinos ha publicado guías de recomendación de realización de pruebas para detectar estos virus. Los test están disponibles en nuestra clínica veterinaria y se pueden realizar de forma sencilla. Se recomienda que el gato sea testado un mínimo de 60 días después de la mordedura. Los gatos con acceso al exterior deben testarse anualmente independientemente de si están vacunados. Nuestra recomendación es que todos los gatos sean testados una vez que acuden a la consulta para el tratamiento del absceso si no han sido testados anteriormente en el mismo año. Si el test da resultado negativo, esto no excluirá por completo la posibilidad de una infección reciente, pero nos ayudará a detectar infecciones contraídas en mordeduras previas.

Si su gato no ha sido vacunado contra la rabia es especialmente importante asegurarse de que todos los gatos están al día con esta vacuna. La enfermedad de la rabia se transmite a través de mordeduras y puesto que no existe ningún tratamiento eficaz contra la enfermedad tanto en animales como en humanos, es importante tomar medidas preventivas. La mayoría de los abscesos cicatrizan en el curso de una semana aunque abscesos más grandes pueden tardar más tiempo. Si el absceso de su gato no ha cicatrizado en una semana, es importante que se lo haga saber a su veterinario. Es importante que la medicación y el tratamiento con compresas calientes, etc. se realicen de forma correcta, si no entiende algo, clarifíquelo con su veterinario.

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